Estación Espacial Internacional
Las cinco cepas bacterianas del género ‘Enterobacter’ aisladas en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en Inglés), a partir de muestras tomadas en el inodoro y en la plataforma de ejercicios presentan características muy similares a las enterobacterias encontradas en algunos entornos hospitalarios, que han desarrollado una fuerte resistencia a los antibióticos y métodos antisépticos destinados a combatirlas, según publicaba un estudio en la revista de acceso abierto BMC Microbiology.
Según los resultados de las investigaciones,no obstante, estas cepas no son patógenas para los humanos, a pesar de lo cual los autores creen que deberían monitorizarse por sus posibles implicaciones en futuras misiones.
El estudio ha partido del esfuerzo del Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) por caracterizar las comunidades bacterianas que proliferan en las superficies de la Estación Espacial Internacional, y comparar sus características genéticas con las de las cepas recolectadas en la tierra.
Kasthuri Venkateswaran, investigador científico del Grupo de Biotecnología y Protección Planetaria del Laboratorio de Propulsión a Chorro y uno de los autores de este estudio, señala que “Los genomas de las cinco cepas de ‘Enterobacter’ encontradas en la ISS eran bastante similares a los de las tres cepas recientemente encontradas en entornos hospitalarios en la Tierra. Estas tres cepas pertenecen a la especie llamada ‘Enterobacter bugandensis’ y se encontró que causaban enfermedad en recién nacidos”.
Por ello, y pese a que por ahora estas cepas no son virulentas, son un motivo de preocupación para futuras misiones, ya que muestran “resistencia a múltiples fármacos y una importante posibilidad de patogenidad”, y que “plantean importantes consideraciones de salud de cara a futuras misiones”. Por tanto, señalan los autores, “si bien estas bacterias no son una amenaza activa para la salud humana, son algo que debe monitorizarse”.
De acuerdo a un análisis realizado por ordenador de la composición genómica de estas cepas, se calcula que tienen un 80% de probabilidad de causar enfermedades, aunque esto no podrá confirmarse hasta que no se realicen análisis en organismos vivos.
Venkateswaran concluye que “la capacidad de ‘Enterobacter bugandensis’ de causar enfermedad depende de multitud de factores, incluidos los ambientales. Por ello, es necesario estudiar el impacto que tienen para la patogenidad las condiciones como microgravedad o los factores relacionados con el espacio”.
Fuente y más información:
Diario 20minutos