
Imagen de un mosquito de la especie Aedes aegypti.
Investigadores de la Rockefeller University han descubierto, casi por casualidad, un sistema que puede acabar con las picaduras de mosquito, una de las principales amenazas del ser humano por cómo se transmiten las enfermedades. El descubrimiento ha sido publicado por el diario científico Cell.
Todo empezó con una broma. Los autores del estudio pensaron en darle a unos mosquitos de la especie Aedes aegypti (los que transmiten la fiebre amarilla) fármacos experimentales diseñados para reducir el apetito en humanos. Pensaban que sencillamente, los insectos morirían o no tendrían efecto, pero para su sorpresa, el invento funcionó, relata Gizmodo.
La clave es que cuando Aedes aegypti pica a una persona, su peso aumenta al doble y entra en un letargo mientras digiere la sangre que ha ingerido. Durante ese tiempo, muestra cero interés en los seres humanos. Así, el equipo decidió dar a los mosquitos un fármaco que estimula en neuropéptido Y, que controla el apetito. Después, expuso su cuerpo a su picadura. Pero no se sintieron atraídos y de hecho, su atracción se redujo un 80%.
Posteriormente, hicieron la prueba con ratones. Dividieron a los animales en tres grupos. A uno lo expusieron a mosquitos que no habían comido; a otro, a mosquitos que habían comido y un tercero a mosquitos que habían recibido el fármaco que inhibe el apetito. A los 15 minutos, los mosquitos en ayunas habían picado a los ratones. En cambio, la mayoría de los mosquitos de los grupos dos y tres ignoraron a los ratones.
Ahora, el equipo de investigadores de la Rockefeller University tendrá que profundizar en el hallazgo, ya que por ahora el efecto sólo dura entre dos y tres días. Y contar con un posible inconveniente: según Lisa Reimer, investigadora de la Liverpool School of Tropical Medicine, puede que los mosquitos cuyo apetito ha sido suprimido de forma temporal vivan más tiempo.
Fuente y más información:
Diario 20minutos