Una imagen del Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts.
El Premio Nobel de Medicina en 1993, Richard Roberts, ha explicado que el conocimiento actual del cuerpo humano es limitado: “Sabemos que las bacterias que viven en los intestinos hablan al cerebro, y estaría bien saber qué están diciendo”, ha reflexionado.
“Para mí, lo más emocionante en medicina en este momento es entender lo que llamamos microbioma, todas las bacterias que viven en nosotros”, ha relatado en una entrevista en la que ha afirmado que un individuo sin bacterias moriría, pero todavía no se entiende mucho cómo funciona esta relación y lo que las bacterias hacen por los humanos.
Favorable a los probióticos, el británico ha señalado que se necesita saber más sobre cómo funcionan: “Creo que necesitamos entender mucho más sobre cómo las bacterias hablan entre ellas, cómo hablan con nosotros, y cómo el sistema completo funciona. Y, entonces, podremos hacer probioticos apropiados”.
Sobre el origen de este desconocimiento, ha recordado que cuando se descubrió que los microbios y las bacterias producían enfermedades y se estudiaron solo los que se asocian a patogénesis: “Y así, las bacterias, recibieron un mal nombre”, aunque el 99,9% de ellas son buenas y evitan el crecimiento de los patógenos en el cuerpo, como quien protege a su hogar, ha comparado.
“Abusamos de los antibióticos”
Al ser preguntado por el reto que plantean las resistencias a los antibióticos, ha afirmado: “Abusamos de los antibióticos, tenemos que parar”, y lo ha vinculado a que los doctores los recetan en exceso, con los pacientes pidiéndolos cuando no son necesarios, y sin que los médicos puedan persuadirlos de que no los requieren, con lo que se extiende la resistencia.
Ha explicado que en Estados Unidos los médicos cobran según el número de pacientes que visitan, con lo que las citas son más cortas y la educación y la confianza con los pacientes no se desarrolla como debería, y se pierde también el efecto placebo: “Este efecto es fuerte. Si le das algo a alguien y cree que se pondrá mejor, el 40% de las veces se pondrá mejor“, sin importar lo que fuera.
También lo ha atribuido al abuso de antibióticos a la ganadería, ya que los granjeros descubrieron que mejoraban la situación del ganado si lo alimentaban con antibióticos: “Así que le dieron pequeñas dosis de antibióticos, que es exactamente lo que tienes que hacer para extender la resistencia”, ha relatado el bioquímico.
Uso de transgénicos
El británico ha visitado Barcelona con el ciclo de conferencias ‘La ciencia vista a través de los ojos de los premios Nobel’, organizado por la Real Academia Europea de Doctores (Raed) y la Fundación Bancaria La Caixa que lo acogió en el Cosmocaixa de Barcelona, donde el jueves pronunció la charla ‘¿Son seguros los cultivos transgénicos?’, sobre los que ha explicado: “Sí, son seguros, si no es que son más seguros que las plantas reproducidas tradicionalmente”.
Ha atribuido el actual movimiento que alerta de su falta de seguridad, y que ha provocado que sean ilegales en varios países, a que “Greenpeace ha descubierto que es una buena iniciativa de recaudación”.
Preguntado por si se podrían usar en animales, ha dicho que siempre se los ha modificado —aunque con procedimientos más lentos— y por eso no hay vacas en la jungla pero, sobre usarlos en humanos, ha observado: “Ahí entras en problemas éticos. Sí, podríamos hacerlo. Pero, ¿querrías? ¿Deberías tener permitido hacerlo? Creo que es una cuestión ética”.
“Mi posición es que si modificas humanos para que no tengan una dolencia, si tienen defectos de nacimiento o genes que les van a hacer susceptibles de una enfermedad particular, está bien hacerlo. Pero si quieres modificarlos para que sean más altos, no creo que sea algo bueno”, ha reflexionado, y ha opinado que cree que el límite tiene que ser marcado por una decisión gubernamental, con participación de todos los partidos.
Roberts ha defendido los transgénicos como una forma de mejorar la productividad de los cultivos en los países en desarrollo, frente a la reproducción tradicional, más lenta y menos precisa.
“También puedes mejorar el contenido nutricional”, ha explicado, y ha puesto el ejemplo de un tipo de arroz que desarrollaron científicos europeos, el arroz dorado, que incluye betacarotenos, una fuente de vitamina A, con el fin de compensar la falta de este nutriente, que afecta a dos millones de niños cada año, ha asegurado, provocando su muerte o que su falta de desarrollo, pero que no se ha aplicado por tratarse de un transgénico.
Fuente y más información:
Diario 20minutos