Una tortuga gigante de Galápagos, de nombre Isabela, es pesada en el zoo de Rostock (Alemania). El ejemplar ha dado un peso de 242,6 kilogramos, cifra superior a los 221,6 kilogramos de hace dos años.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) han descubierto que las especies de tortuga con mayor longitud del caparazón se dan en las latitudes más cálidas del planeta, lo que consideran “vital para entender las posibles consecuencias del cambio climático sobre estos animales”.
El estudio, publicado en la revista Global Ecology & Biogeography e impulsado por la Universidad Federal de Goiás (Brasil), tenía como objetivo principal examinar a escala global la variación geográfica del tamaño de las tortugas terrestres y galápagos -tortugas acuáticas de agua dulce-.
Los resultados muestran que las tortugas más pequeñas se asocian por lo general a ambientes más fríos, mientras las grandes habitan latitudes cálidas.
Los investigadores recalcan que, mientras en mamíferos y aves las especies más grandes suelen encontrarse en latitudes altas, este patrón “no ha sido bien documentado para organismos ectotermos como los reptiles o los anfibios, cuya temperatura corporal depende principalmente de fuentes de calor externas”.
Durante la investigación, recopilaron información de todos los continentes sobre la distribución geográfica, el parentesco evolutivo y la longitud del caparazón para un total de 235 especies de tortugas, destaca la URJC en una nota.
“Aunque los reptiles y anfibios dependen de fuentes de calor externas para estar activos, muchos de ellos son capaces de emplear comportamientos termorreguladores para mantener su temperatura corporal más o menos estable, como es el caso de las tortugas, que toman el sol para alcanzar temperaturas apropiadas“, agrega Miguel Ángel Olalla, uno de los autores del trabajo.
“La supervivencia de las especies más grandes en climas fríos estaría limitada por las dificultades para ‘asolearse’ y alcanzar temperaturas que les permitieran estar activas en zonas con menor número de horas de sol al día”, concluye el investigador.
Esta investigación puede resultar fundamental para conocer cómo las diferentes especies de tortugas responden al clima actual, además de ofrecer datos relevantes para comprender posibles extinciones y la redistribución global de la biodiversidad en un contexto de calentamiento global.
Fuente y más información:
Diario 20minutos