Imagen recreada del 2015 TG387, apodado ‘El Duende’.
Un grupo de astrónomos encontró el pasado martes un objeto de carácter extraño, situado más allá de Plutón, que apoya la hipótesis de que pueda existir una super-Tierra o planeta X. La investigación contó con la la participación de Scott Sheppard de la institución Carnegie, Chad Trujillo de la Universidad del Norte de Arizona y David Tholen de la Universidad de Hawái.
El objeto descubierto fue denominado 2015 TG387 y ha recibido el apodo de ‘El Duende’ (‘The Goblin’, en inglés) por sus dos iniciales en la designación provisional: T y G. Además, está en una órbita muy alargada y nunca se acerca al Sol en su punto más cercano (llamado perihelio).
En estos momentos, la comunidad científica se encuentra dividida con respecto a la interpretación de estos nuevos objetos, observados a lo largo de órbitas muy alargadas que les llevan desde la vecindad de Neptuno y el cinturón de Kuiper (de 30 a 80 unidades astronómicas) hasta la región ocupada por la nube de Oort interna (situada a miles de unidades astronómicas y distinta a la nube de Oort clásica, propuesta por Oort en 1950), según ha informado la agencia Sinc.
¿Y qué es el planeta X?
A comienzos de siglo XX el científico Percival Lowell empleó esta denominación para un planeta que supuestamente se hallaría en los confines exteriores del Sistema Solar. Su búsqueda derivó en el hallazgo de Plutón en el año 1930, precisamente por un seguidor de Lowell, Clyde William Tombaugh.
La categoría ‘X’ hace referencia a que este planeta sigue desconocido, lo que se opone a la teoría de que lo hiciera al número romano 10, ya que solo había ocho planetas cuando se inició su búsqueda.
Diferentes posturas
Un grupo considera que las propiedades de estos objetos no son compatibles con la existencia de un hipotético planeta X. Por una parte postulan que la distribución de sus órbitas presenta peculiaridades única y exclusivamente debido a sesgos observacionales y efectos de selección. Por otra, argumentan que su existencia se puede explicar por procesos de difusión orbital en los que la órbita de un objeto va cambiando hasta alcanzar los valores extremos de tamaños y formas orbitales observados.
En la esquina opuesta están los grupos que consideran que las órbitas de estos objetos tan peculiares solo pueden ser explicadas como resultado de las perturbaciones ejercidas por un hipotético planeta aún por descubrir. Los autores del descubrimiento de 2015 TG387 defienden esta interpretación y con su nuevo artículo se reafirman en su hipótesis.
Avances desde el año 2000
El anuncio de 2015 TG387 se une al también reciente de 2015 BP519 o Cajú (‘El Anacardo’), un objeto que tiene una de las órbitas más extrañas jamás observadas y que no parece tener el mismo pasado dinámico que el resto. Con este, ya son 30 los objetos transneptunianos extremos (ETNO, por sus siglas en inglés) conocidos.
Un estudio señala que las propiedades de 2015 BP519 son demasiado extremas dentro del contexto de estos objetos como para poder compararlas con las del resto. En cualquier caso, cuando se analizan de forma conjunta los datos de estos objetos, incluyendo 2015 BP519 y 2015 TG387, parecen estar sujetos a perturbaciones, aunque estas parecen compatibles con la presencia de más de un perturbador.
La región del sistema solar comprendida entre el cinturón de Kuiper o cinturón transneptuniano, a 40 UA, y la nube de Oort, a 50.000 UA, se creía vacía hasta que a partir principios de siglo XXI se empezaron a hacer públicos los descubrimientos de estos objetos. Ahora se sabe que esta región dista mucho de estar vacía y se espera que pueda aportar nuevos hallazgos.
Fuente y más información:
Diario 20minutos