Consuelo Rubio, antes de comenzar la necropsia de un delfín mular.
Una nueva cepa del virus más letal en delfines ha llegado al Mediterráneo procedente del Atlántico y, aunque es más agresiva que la variedad autóctona mediterránea, parece afectar solo a individuos aislados en lugar de provocar epidemias, como ocurre con las variedades autóctonas.
Esta es la principal conclusión de un estudio de la Fundación Oceanogràfic, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, el Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (CISA-INIA) y la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, que ha publicado en BMC Veterinary Research.
Entre 1987 y 1988, una extraña afección que combinaba neumonía, encefalitis y daños al sistema inmune, acabó con la mitad de la población de defines mulares del Atlántico, según un comunicado del Oceanogràfic. Desde entonces se han detectado brotes de gran magnitud en Florida, Brasil, el norte de África, el Atlántico europeo y el Mediterráneo, a los que ha unido recientemente el Pacífico oriental y Australia.
El responsable fue un virus del género morbillivirus, de la misma familia que los causantes del sarampión en humanos y de la peste bovina, y desde entonces ha provocado epidemias muy destructivas que han afectado a diferentes especies de cetáceos de todos los océanos, por lo que se considera el virus más letal para estos mamíferos.
Durante el último brote de 2011, solo en la Comunitat Valenciana aparecieron varados 50 cadáveres en mes y medio. A partir de 2012 se detectó un cambio en el patrón de esta enfermedad que se debió a una nueva variante del virus que está circulando por las aguas del Mediterráneo.
Un delfín pudo ser el portador
Desde 1990 y hasta 2011, en el Mediterráneo solo se registraban epidemias de morbillivirus, pero desde entonces empezaron a aparecer animales infectados de manera aislada, explica Consuelo Rubio-Guerri, coordinadora de Investigación de la Fundación Oceanogràfic y principal firmante de la publicación.
Al secuenciar el virus, detectaron que se trataba de una cepa distinta a las locales, pero idéntica a una que se ha descrito en el Atlántico, por lo que la hipótesis de la científica es que la variante del virus fue introducida en aguas del Mediterráneo por un animal portador procedente de aguas atlánticas, que infectó a especímenes locales.
Fuente y más información:
Diario 20minutos