El primer hombre que se casó hace casi 4 años con un holograma no podrá hablar más con su pareja
Su nombre, Akihiko Kondo, ella un mini holograma de la cantante virtual Miku Hatsune de 2018
La verdad que este titular bien podría ilustrar un Titular «loco» de la Ruleta de la Fortuna Suerte (mensaje para el equipo del programa, esta idea es gratis. Para más ideas locas para paneles y demás, podéis contactarme escribiendo a hectormc@planetaincognito.es), pero, por desgracia para el protagonista de la historia, es real como el metaverso mismo.
Los matrimonios de personas de carne y hueso no están exentos de problemas, enfermedades, viudedad, querer separarse….
En los matrimonios con hologramas, quitamos muchos de esos problemas, pero corremos el riesgo de que la empresa fabricante sucumba o por cualquier otra razón no de más soporte para las conversaciones del holograma.
Y así es como nuestro amigo se ha quedado «viudo» de su Miku virtual al poner la empresa Gatebox fabricante del producto, fin a esta línea de hologramas interactivos por la baja demanda, y eso que sólo costaba 2600 euros la unidad del juguetito.
Entre la broma y la realidad de un matrimonio con un holograma, el japones Akihiko Kondo protagonista de la historia dice haber sido muy feliz junto a su holográfica esposa tras su boda, y hasta la defunción conversacional del mini-holograma de Miku Hatsune, del que, como es lógico, era fan.
Y es que la primera cantante virtual japonesa (que quizás merezca otro articulo) llena estadios. ¿Quién no querría casarse con su ídolo? Seguro que much@s fans de los Backstreet Boys, Spice Girls, o cualquier otro grupo o cantante más actual responderían que ell@s sí.
Mi amor por Miku no ha cambiado
Pese a que ya no puede interactuar con el holograma dentro de un cilindro que comercializó la empresa Gatebox, el cual estaba equipado con una inteligencia artificial que le permitía mantener conversaciones sencillas, el japones Kondo recuerda con aprecio su boda, su petición de mano holográfica (a la que obviamente Miku respondió que sí) y manifiesta entre otras cosas que sigue saludándola cada vez que se despierta y se va de casa.
Y es que, según el mismo reconoce, Miku le ayudo con su voz a dormir bien cuando no podía dormir, le ayudo a salir de casa cuando llevaba a verla en concierto mucho tiempo encerrado y asegura que sigue siendo muy importante en su día a día.
Además, siempre está la esperanza de que se puedan reunir en un futuro metaverso, el desarrollo de metaversos de la empresa de Zuckerberg (pese al coste económico que conlleva) abre la puerta que Kondo vuelva a reunirse con su amada Miku y que puedan volver a empezar una nueva vida juntos, humano e inteligencia artificial.
Hay quien a esto le llama ficciofilia (inclinación de individuos por sentir atracción sexual o amorosa por personas, o más bien personajes, que no existen), ¿pero que es el fenómeno fan sino una ficciofilia? ¿vamos a ponerle puertas al amor?
Y esto último lo digo en tono irónico, pero, más allá de lo anecdótico de este romance, quién sabe a dónde nos conducirá el metaverso y como serán de avanzadas las futuras inteligencias artificiales.
¿Qué nos depara el futuro?
Si en 1996 Deep Blue derrotó a Gary Kasparov venciendo a un campeón de ajedrez, y en 2014 un ordenador lograba superar el test de Turing, probablemente en no muchos años la inteligencia artificial orientada a interactuar con el ser humano pueda conseguir que las maquinas piensen por encima de límites que son hasta ahora ciencia ficción, quien sabe si, dependiendo de los desarrollos, incluso los suficiente para llegar a crear una conciencia artificial, una suerte de alma robótica.
Se abren caminos interesantes, aunque también la posibilidad de revueltas. ¿conviviremos en el futuro con una suerte de replicantes como en Blade Runner? ¿Nos casaremos con androides y hologramas como serán más comunes de lo que creemos? ¿Serán los amores prohibidos del futuro? ¿Ellos seremos nosotros? ¿La inmortalidad se alcanzará en un holograma?
Ahi lo dejo. De todo eso y mucho más hablaremos en próximos artículos y programas.
La invasión de los robots amorosos Adonis 2-PX-89, todos unos máquinas del amor.(1951)
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