La Creencia, un recurso inevitable

Creencia, Misterio y Ciencia en Planeta Incógnito: Revista web y podcast

La evolución humana siempre ha estado ligada al conocimiento profundo de nuestro entorno y de nuestra vida, saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, supuso el punto de partida de nuestra singular cosmovisión, y el desafío de entender e interpretar nuestra existencia.

Sin duda, un anhelo quimérico y fragmentado por las complexas conjeturas que sustentan ésta visón de la realidad, y que terminaron convirtiéndose en obligadas doctrinas por las que muchos hombres perdieron su vida.

Las cruzadas del comienzo del segundo milenio, las conquistas, el imperialismo, las dictaduras, la Yihad, y un sinfín de enfrentamientos en pos de imponer creencias y pensamientos.

Pero a pesar del tiempo transcurrido, de los siglos y milenios y de nuestra evolución, está visión anacrónica en algunos casos continúa siendo un puzle confuso y sin solución.

La realidad que nos rodea no siempre es posible comprenderla, a veces, su magnitud y complejidad escapan a nuestro entendimiento y racionalidad, impidiéndonos avanzar en el conocimiento.

Pero cuando esto ocurre, cuando falta la pieza adecuada para la comprensión, y cuando puede sobrevenir el colapso de nuestra mente, un singular método de autoprotección de nuestro cerebro se pone en funcionamiento para resolverlo.

Nuestra materia gris trata por todos los medios de obtener y someter a nuestros principios entendibles las respuestas irresolubles de nuestro intelecto, cuyo propósito es obtener sencillas respuestas plausibles sobre las que cimentar y tensional los vacíos de nuestro entendimiento, es decir, nuestro cerebro a través de la técnica basada en el “el principio de las creencias” produce su artificial argamasa para cohesionar realidad y ficción.

Fantasía, imaginación, y teorías religiosas o mitológicas suelen ser el ingrediente principal de los dogmas, que una vez fijada como explicación en nuestro esquema mental pasa a la zona de creencias, ubicación a priori no negociable para la persona

Y por ello, no es casualidad que las primeras culturas atribuyesen un dios

diferente a cada elemento que les rodeaba, el Sol, las estrellas, el mar, el agua, todo tenía un componente mágico que no llegaban a entender y al que así intentaban dar explicación

Sin embargo, y a pesar del beneficio de las creencias para avanzar en el camino del conocimiento, su existencia y trasmisión condicionan terriblemente nuestra vida. Las creencias modifican el entono, moldean el comportamiento social y moral, y sesgan los valores inalienables de cada individuo, personalidad, inteligencia y creatividad entre otras, pasan a ser un resultado unívoco de las creencias y dogmas aprendidos.

Incluso así, con sus virtudes y sus defectos, es inevitable apuntar con certeza máxima que las creencias han sido el motor que ha impulsado el desarrollo de las sociedades y sus preceptos, bien como vector del conocimiento o como simple patrón estabilizador de la realidad física en la que nos encontramos en cada momento. Sea de una u otra manera, lo desesperanzador es que a día de hoy estamos muy lejos de escapar de ellas.

¿Existe un Dios?, ¿Qué hay más allá de la muerte?, ¿qué es el infinito?, ¿y el misterio de la vida?

Todos sabemos que las creencias tienen como objetivo naturalizar verdades que no lo son, considerar lo incierto como cierto, y la duda como verdad, intentan aceptar hipótesis sin respaldo científico o histórico, sin pruebas irrefutables que lo avalen, intentan elevar a la creencia a rango de sabiduría y fomentar un arquetipo universal a pesar de las meras conjeturas y suposiciones que lo integran.

Pero a pesar de la inconsistencia y fragilidad de muchas de ellas, seguimos digiriéndolas sin rechistar, sin generar oposición y aceptándolas desde tiempos inmemoriales sin dudas ni reflexiones críticas.

Para la Psicología las creencias no son más que ideas memorizadas acerca de algo, esquemas cognitivos influenciables que relacionan sistémicamente los conceptos de nuestra memoria y la dan sentido, es decir, patrones o arquetipos que forman parte de nuestro pensamiento.

Como bien apunta Fabián Sanabria “las creencias durante mucho tiempo han sido controladas por las instituciones, especialmente por las tradiciones religiosas”. Y sin dejar de ser cierta en sí misma, la frase sería inexacta, especialmente porque a día de hoy, y aunque tal vez con menos arresto que antes, las instituciones religiosas y sociales continúan fiscalizando las creencias por su alto valor de poder y sometimiento de masas, aunque eso sí, a diferencia de tiempos pasados con una ejecución totalmente opuesta.

LAS CREENCIAS EN EL PASADO

Antaño, las creencias, como objeto de control de masas, basaban toda su eficacia en el efecto universal de los dogmas, cuanta más gente creyese en ellas, más sería su efecto multiplicador en la población, y cuanto más coercitiva fuese la creencia, más autoridad y eficacia desplegaba, justo al contrario del día

de hoy, al menos en las culturas occidentales donde la reflexión científica y el librepensamiento crítico han desplazado el poder de las creencias a grupos muy definidos y arcanos de la sociedad.

Durante muchos siglos, la religión y la ciencia estaban enfrentadas, la religión imponía sus creencias como dogmas de fe, y la ciencia buscaba analizarlas empíricamente hasta dónde podía y se le dejaba, pero mientras la iglesia y monarquía ostentaban la supremacía del poder, la ciencia se vio manipulada y vilipendiada en infinitas ocasiones, debiendo en miles de ellas replegarse a la autoridad de gobiernos y religiones.

Galileo, Copérnico, Giordano Bruno, entre otros fueron perseguidos por la santa inquisición, al amparo de reyes y gobernantes por no coincidir con las doctrinas que imponía la religión católica, o el integrismo radical musulmán que impide el pensamiento libre por sí solo, u otras muchas doctrinas que han subyugado y siguen dominando a fieles creyentes.

Y a pesar de que las grades creencias surgen y proliferan en tiempos convulsos y de oscuridad intelectual, y de ser una necesidad y condición inalienable del ser humano…

… el creer es inevitable

Publicado en el número 1 de la Revista de la Sociedad de Antropología y tradiciones Populares. https://sociedadantropologia.es/2018/01/22/primer-numero-la-revista-oficial-antropologia-tradiciones-populares/

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